¿Cómo reducir la factura de la luz después del invierno?

La subida del precio de electricidad no se ha frenado en el primer trimestre del 2022, marcando nuevos picos con cifras récord por encima de los 600 euros por megavatio hora en el mercado mayorista; subidas que se van a notar en la factura de luz, aunque siempre existe algún margen de actuación para que el bolsillo no se resienta tanto. 

Como en cualquier ámbito, el punto de partida es conocer bien cuáles son los aparatos eléctricos que más consumen ahora que ha pasado el invierno y adecuar los hábitos con el fin de lograr un consumo más eficiente que se traducirá en ahorro a fin de mes.

A diferencia de algunos electrodomésticos, como la plancha, la televisión o el secador, que apenas tienen impacto en la factura, hay otros que, por el contrario, acaban siendo determinantes en el importe de la factura, como sucede con los aparatos de aire acondicionado en el verano o el en caso del frigorífico que, a pesar de que su consumo sea más bajo que el horno o la lavadora hay que tener en cuenta que está en funcionamiento las 24 horas del día, lo que termina por notarse, especialmente cuando se trata de modelos obsoletos que carecen de la tecnología adecuada para su eficiencia energética.

Que cada kilovatio por hora de consumo rinda al máximo o sea un despilfarro va a depender del uso que se haga en cada hogar, en especial, siguiendo algunas medidas sencillas pero que hay que tener en cuenta si se quiere pagar menos:

Frigoríficos y congeladores: Cómo reducir su consumo de luz

Reemplazar el viejo equipo por uno nuevo con la máxima etiqueta de eficiencia es la mejor decisión que puede tomarse y que más rentable va a ser a la larga. En función de la clase de eficiencia energética, el consumo del frigorífico puede reducirse entre un tercio y una séptima parte.

Después de comprarlo, es necesario elegir bien el sitio más conveniente para instalarlo que debe estar apartado de fuentes de calor y con una mínima separación de las paredes para favorecer la ventilación. La regulación del termostato debe estar a una temperatura que no refrigere en exceso, ya que cada grado menos va a incrementar el consumo un 5 %. Para mantener la temperatura, es importante abrir las puertas sólo cuando sea necesario y por el tiempo imprescindible; en caso contrario, se perderá temperatura y se pueden formar capas de hielo en el interior si no es un frigorífico no frost lo que va a elevar el gasto y reducir la vida útil del aparato.

El mantenimiento adecuado es otro de los buenos hábitos que se deben tener, evitando la acumulación de polvo y suciedad. Por último, la forma en que se guardan los alimentos también va a influir en el consumo de energía por lo que hay que procurar que estén bien tapados, lo que evitará la humedad y una mejor conservación. Tampoco se debe guardar comida caliente, ni ordenarla sin dejar espacio suficiente para la circulación del aire. Además, es conveniente descongelar los alimentos en el frigorífico tanto para respetar la cadena de frío como para aprovechar el frío que se libera.

Aparatos de aire acondicionado: Las claves para gastar menos

Al igual que se ha indicado en el apartado anterior, apostar por equipos eficientes sería la primera medida a tener en cuenta. En este caso, los aparatos que incluyen tecnología inverter consumen hasta la mitad y existen muchas opciones para financiar la compra e instalación sin tener que realizar una gran inversión inicial. Una vez que el equipo esté instalado, es importante mantener los filtros en buen estado y siempre limpios, por lo que hay que revisarlos una vez al mes o, como mínimo, al inicio de cada temporada. Con los filtros sucios el aparato debe aumentar el funcionamiento y, en consecuencia, también subirá el consumo.

La regulación óptima de la temperatura es fundamental para el nivel de consumo, ya que cada grado que se rebaja el termostato tiene un coste extra del 15%. Además, se pueden alternar con el uso de ventiladores, especialmente por la noche, ya que se conseguirá una sensación térmica inferior entre 3º y 5º C consumiendo la décima parte de electricidad. Para conseguir una temperatura ambiental confortable y ahorrar luz hay que mantener un buen aislamiento de la vivienda, para lo que hay soluciones fáciles y baratas como los burletes adhesivos, y evitar la entrada de luz exterior en las horas más calurosas con cortinas opacas o bajando las persianas.

Revisa en tu contrato la tarifa y potencia eléctrica

La tarifa y potencia eléctrica que se tengan contratadas pueden ser modificadas por el cliente. En el caso de las tarifas de luz, el precio del kWh no es el criterio más determinante a tener en cuenta, sino los hábitos de consumo. Si son flexibles y se puede concentrar el principal consumo en las horas y días con el precio más barato se puede ahorrar eligiendo una tarifa con discriminación horaria. El cambio de tarifa es gratuito siempre que no haya compromiso de permanencia o penalización.

En cuanto a la potencia eléctrica, el cambio si tiene costes por lo que es una decisión que hay que reflexionar teniendo en cuenta el número de aparatos eléctricos que se van a poder usar al mismo tiempo. La potencia es un elemento importante respecto a la calidad del suministro y a la seguridad, ya que cuando se excede el nivel de potencia habrá un corte de electricidad que, además, puede dañar los equipos y electrodomésticos; aunque el riesgo se pueda limitar cuando aseguramos los daños eléctricos con una póliza de hogar multirriesgo, la seguridad también puede quedar comprometida en estos casos.

Si en la vivienda son infrecuentes los cortes de electricidad es posible que aún se pueda rebajar la potencia, lo que va a tener un ahorro directo de sesenta euros, aproximadamente, por cada tramo menos. Hasta el 31 de mayo de 2022 se pueden realizar dos cambios de potencia de forma gratuita; después de esa fecha, bajar la potencia tiene un coste de 9,04 €, mientras que subir la potencia cuesta 45 € por cada kW que se incrementa.

Descubre todos los tipos de bombillas

La forma en la que el espacio está iluminado es una característica primordial que tener en cuenta, ya que puede ser algo que no suponga un problema en un primer momento, pero sí a la larga.

A la hora de decidir qué tipo de iluminación se requiere para cada estancia de una casa hay una serie de parámetros que se deben tener en cuenta, partiendo por conocer en profundidad la luz natural que reciba cada espacio. Esto será de gran importancia, ya que la luz natural es mucho más saludable que la luz artificial, ya sea para cocinar o para leer.

Consumo, temperatura e intensidad

La utilización de luz artificial no solo afecta al bienestar, sino también se ve reflejado en la factura de la electricidad que se consume, por lo tanto, en la economía de la casa. Antiguamente lo más habitual era el uso de bombillas incandescentes, las cuales se dejaron de fabricar por los inconvenientes que suponían y se popularizó el uso de las bombillas de bajo consumo.

Estas, aunque suponen un descenso en el consumo de electricidad, contienen mercurio, sustancia altamente tóxica para la salud como se explicará más adelante.

La temperatura de color que emite la bombilla también es algo a tener muy en cuenta, cada espacio se debe iluminar conforme el uso que se le vaya a dar. Esta se puede dividir en tres tonalidades diferentes según su medida en grados Kelvin:

  • Luz cálida, por debajo de los 3300 grados Kelvin.
  • La luz fría, la temperatura de la cual está entre los 5000 y 6500 grados Kelvin.
  • Luz neutra, que emite 4000 grados Kelvin.

Esta última sería la óptima para un entorno de trabajo, la luz cálida sin embargo genera espacios de relajación y confort, se usa en salas de estar o habitaciones. La luz fría se recomienda utilizar en entornos dinámicos donde no se vaya a permanecer mucho tiempo, como pasillos o baños.

4 tipos de bombillas y sus efectos en nuestra salud

Bombillas de bajo consumo

Como antes se ha nombrado, contienen mercurio. Esta sustancia se almacena en el cerebro y puede causar enfermedades como Alzhéimer o Parkinson. También generan campos electromagnéticos que, sumados a los ya existentes en el hogar, se cree que son perjudiciales.

Las luces fluorescentes

Son las más utilizadas en los espacios de oficinas y las más desagradables. Producen un parpadeo imperceptible que puede causar dolores como migrañas.

Lámparas de amplio espectro o LED

Son las más recomendadas para nuestra salud y cada vez más utilizadas, el único inconveniente es su precio, más alto que el resto.

Bombillas halógenas

Indicadas para usarse con reguladores de potencia. Son las más usadas en lámparas empotradas.

En conclusión, si se tiene la oportunidad de elegir el tipo de luz que queremos para los espacios que habitamos, se debe tener en cuenta que la más saludable de las que existen en el mercado es la bombilla LED, seguida de la halógena y la de bajo consumo. Por el contrario, la menos recomendable es la fluorescente.

¿Las placas solares tienen vida máxima?

Los paneles solares, sobre todo aquellos que funcionan en instalaciones solares aisladas, destacan por hacer uso de diferentes tipos de baterías. Estas no son iguales a las que se emplean en los vehículos, en cuyo caso, su uso principal está destinado al arranque y para funcionar manteniéndose en carga con el alternador. Las baterías solares tienen unas exigencias técnicas diferentes, además, estas pueden ser de varios tipos, como es el caso de las baterías solares monoblock, las baterías para placas solares AGM, las baterías estacionarias para placas solares, las baterías de electrolito gelificado (baterías de gel para placas solares) y las baterías de litio.

En este artículo nos centramos en analizar cuál es la duración de las baterías para placas solares y las variaciones entre una y otra. Si estás pensando en adquirirlas, pero no sabes qué modelo escoger, te recomendamos que tengas en cuenta lo siguiente. ¡Vamos a ello!

Baterías para placas solares: ¿Cuánto duran?

La duración de las baterías solares depende del tipo de batería. No todas son iguales, ni tienen las mismas prestaciones. Además, no se utilizan para el mismo tipo de instalaciones y conexiones. Es decir, si queremos que las baterías alcancen su máxima vida útil, es conveniente tener en cuenta el tipo de instalación en el cual utilizarla y para qué. Es importante tener en cuenta que la descarga profunda no es recomendable en muchos casos.

Duración baterías de litio para placas solares

Las baterías de litio para placas solares tienen una capacidad de descarga muy elevada, de entre el 80% y el 90% —son el modelo que mejor soportan las descargas sin que ello afecte a su vida útil—. Esto significa que la utilización de energía es mayor, ahora bien, la potencia de carga es menor en comparación con las de gel o las AGM. La duración de las baterías de litio para placas solares destaca así mismo por ser la de mayor vida útil, de aproximadamente unos 20 años. Estas cuentan con hasta 6000 ciclos de descarga al 80%. El efecto memoria que tiene el electrolito es prácticamente nulo.

Duración baterías de gel para placas solares

Las baterías de gel para placas solares, o baterías de electrolito gelificado, son aquellas que se utilizan para funcionamientos intensos durante largos periodos de tiempo o en aquellos lugares en los que es complicado realizar un mantenimiento. Estas baterías se utilizan en instalaciones de tamaño medio y grande, y no requieren mantenimiento. La duración de las baterías de gel para placas solares suele ser de 12 años, aproximadamente. El gel se forma a través de la mezcla del electrolito y la sílica amorfa.

Duración baterías estacionarias para placas solares

Las baterías estacionarias son muy populares en las instalaciones solares. Esto es así debido a que suelen presentar una gran durabilidad y exigencia, ya que toleran bastante bien los ciclos profundos de descarga. Son la solución más recomendada para el uso diario, es decir, para instalaciones que implican una entrada y salida constante de energía. Ahora bien, requieren mantenimiento y suele ser necesario que se mantengan fijas. Por lo general, la duración de las baterías estacionarias para placas solares suele ser de 15 años. 

Duración baterías AGM para placas solares

Dentro de las baterías AGM podemos encontrarnos con diferentes tipos de baterías que varían dependiendo de la gama. Ello influye, como es obvio, en la vida útil de la misma, la cual suele rondar entre los 5 y los 10 años.  Las baterías AGM (Absobent Glass Mat) son ideales para aquellas instalaciones en las que es requerido una elevada intensidad de descarga —por ejemplo, en hogares con una gran cantidad de electrodomésticos—. Las mismas cuentan con una válvula que renueva automáticamente la producción de energía, sin necesidad de llenarla de ácido. Una de las ventajas más destacadas de este tipo de baterías para placas solares es que no requieren mantenimiento periódico. Hay que destacar, así mismo, que estas baterías tienen un tamaño menor en comparación con las monoblock, aunque cuentan con una fibra de vidrio que permite contener el electrolito y aumentar así la estabilidad y durabilidad de la misma. Por lo general, los ciclos de estas baterías son de 1000. No es recomendable utilizarlas en descargas de más del 50% para extender al máximo su vida útil.

Duración baterías monoblock para placas solares

Las baterías monoblock son una de las más utilizadas debido a que son la alternativa más económica y su rendimiento es muy adecuado en las instalaciones pequeñas y con un consumo relativamente bajo. Es por esta razón por la cual su uso no es recomendable entre las instalaciones con aparatos más complejos, con electrodomésticos con motor, como la nevera, las lavadoras… . La vida útil de estos suele rondar en torno a los 4 y 5 años. Ahora bien, si se ignoran las advertencias de utilización, esta puede verse reducida. Como imaginarás, son las baterías para placas solares más sencillas que existen. Los ciclos de carga, en este caso, suelen rondar los 600 en descargas del 40%.

Descubre la importancia de reducir la potencia contratada

En la factura de la luz se paga por la potencia contratada, aunque no haya consumo de energía. Es una parte fija de la factura, por lo que conviene tenerla ajustada a lo que realmente necesitas. Cada Kilovatio de potencia que puedas reducir (por ejemplo, pasar de 4,6 kW a 3,6 kW) implica una bajada en el importe de tu factura mensual de alrededor de 4 €. Es decir, unos 48 € al año.

Recuerda que ya no es necesario ajustarse a unas potencias normalizadas. Ahora puedes bajar o subir la potencia de 0,1 kW a 0,1 kW.

Inconvenientes de bajar la potencia contratada

No es oro todo lo que reluce…Bajar la potencia contratada conlleva un coste para el cliente, que cobra la distribuidora de electricidad de la zona, a través de la factura que emitimos tras el cambio de potencia. Para las tarifas de electricidad 2.0 (son las que tienen más de un 90% de los hogares) supone pagar 10,94€ IVA incluido, en concepto de adaptaciones técnicas.

Además, sólo está permitido realizar un cambio de potencia al año, por lo que debes tener bien claro cuánto puedes bajar sin que te salte el limitador.

Reducir la potencia es una decisión que no debes tomar a la ligera. Si eliges una potencia inadecuada y utilizas más aparatos eléctricos de los que soporta tu instalación, sufrirás cortes de luz.

Por otro lado, debes tener en cuenta que aumentar la potencia contratada es más caro que bajarla. El importe total dependerá de cuántos kW decidas subir.

¿Tienes claro que te conviene bajar la potencia contratada?

Si has echado cuentas y crees que sí puedes ajustar tu potencia contratada, esto es lo que solicitamos a nuestros clientes para gestionar una bajada de potencia:

  • Que el cliente/a se identifique correctamente. Debes indicarnos tu DNI/NIE/NIF o bien el número CUPS, así como los 4 últimos dígitos de la cuenta bancaria en la que domiciliar los recibos.
  • Indicar cuál es la nueva potencia contratada que necesitas.
  • Si quieres que te enviemos por e-mail o correo postal el documento a firmar, necesario para confirmar el cambio de potencia.
  • Enviarnos correctamente firmado el documento de cambio de potencia.

Esto siempre y cuando la bajada de potencia no implique variación en tu tarifa. En ese caso, se requiere también la firma de un nuevo contrato. Por ejemplo, si se bajase de 10,35 kW de potencia a 9,3 kW se estaría pasando de una tarifa 2.1 a una tarifa 2.0.

La bajada de potencia es un cambio que, por lo general, se hace efectivo al pasar entre 3 y 5 días hábiles. De todos modos, el periodo máximo es de 5 días hábiles para la aceptación y otros 15 días naturales para la activación.

Descubre los mejores trucos para ahorrar en calefacción

No hay nada mejor que disfrutar de una tarde de invierno en casita con la calefacción bien caliente. Sin embargo, los altos costes de los combustibles y la disminución de los ingresos de muchas familias hacen que nos lo pensemos dos veces antes de tener la calefacción puesta todo el día (por no hablar del detrimento de la sostenibilidad), por eso te vamos a dar algunos trucos para que mejores su uso, mantengas tu hogar calentito por más tiempo y puedas ahorrar en la calefacción.

1. Ventila tu hogar, pero sin pasarte

Uno de los problemas del invierno es que hay que ventilar la casa de vez en cuando y eso puede hacer que te congeles… La clave está en hacerlo en las horas en las que hace menos frío, es decir, a mediodía o cuando dé el sol en tu hogar.

Recuerda que 5 minutos son suficientes, no hace falta tener las ventanas abiertas toda la mañana de par en par para ventilar tu casa

2. Divide y vencerás

Procura cerrar las puertas de cada habitación para que el frío no invada toda la casa. Si cada habitáculo está independientemente aislado de los demás, es más fácil conservar el calor que si dejamos todas las puertas abiertas…

3. Tapa las fugas de calor para ahorrar en la calefacción

Comprueba puertas y ventanas para asegurarte de que el calor no se escapa por las rendijas. Si tu casa es vieja o las ventanas están muy desgastadas, es probable que se esté colando frío por ellas.

Compra cintas adhesivas de aislamiento para cerrar bien las fugas de calor de tu hogar. Son muy baratas y no necesitan ninguna instalación especial.

4. Programa u optimiza los tiempos de tu calefacción

Si tienes frío nada más levantarte, lo mejor es programar que se encienda la calefacción unos minutos antes. Si no tienes esta tecnología, basta con levantarte un poco antes para encenderla. Lo que no debes hacer es dejarla encendida toda la noche o cuando no estés en casa.

5. Reorganiza tu espacio

No pongas grandes muebles cerca de los radiadores porque anulas el calor que sale de aquellos. Además, has de saber que los muebles absorben el calor, es decir, lo atraen para sí y se lo quedan. Si tienes sofás cerca del aparato, evitarás que el calor se propague… y lo mismo pasa con la ropa tendida en el interior.

Reorganiza tus muebles para que el calor fluya por la habitación y no se quede “pegado” a tu mobiliario y enseres.

6. Revisa los radiadores

Si notas que tus radiadores no se calientan mucho, quizá debas purgarlos o verificar que no hay suciedad obstruyendo la salida de calor.

7. Saca las alfombras

Las alfombras no son solo un elemento decorativo y te permiten ahorrar en la calefacción. Durante cientos de años se han usado para mantener el calor de las habitaciones evitando que se escape por el suelo. No olvides limpiarlas adecuadamente ya que pueden contener suciedad o ácaros.

8. Regula el termostato de la caldera

Cada grado, cuenta. Busca una temperatura en la que te sientas cómodo pero que no dispare la caldera a cada momento. Recuerda que no estás en verano, por lo que no se espera de ti que vayas en manga corta por la casa.

9. Usa el sol en tu beneficio

Cuando el sol dé en tu casa, abre las cortinas, pero mantén las ventanas cerradas para que tu casa se caliente sin que se escape la buena temperatura. Cuando el sol se vaya puedes cerrar cortinas y persianas para mantener mejor ese calor.

10. Muévete

Si te quedas en casa parado en una silla toda la tarde, es probable que pases más frío. El movimiento activa la circulación sanguínea, por lo que lo mejor es levantarse frecuentemente, moverse por la casa o hacer algún tipo de ejercicio en su interior.

11. Tápate con la manta

Un clásico que nunca falla. Una buena manta que nos cubra gran parte del cuerpo mientras leemos o vemos una película es perfecta para pasar la tarde acurrucado y sin coger frío. Si realizas esta actividad con tu pareja os daréis calor mutuamente y vuestra relación se afianzará un poco más.

12. Cierra los radiadores de otras habitaciones

Si tienes habitaciones en las que no vas a estar, cierra los radiadores. Algunos cuartos apenas se usan en todo el día, por lo que si los cierras consumirás menos energía y permites que otras habitaciones focalicen todo el calor.

13. Aumenta el nivel de humedad

Con la llegada del frío, disminuye la humedad de nuestros hogares, lo que los hace aún más frío. Para que el calor se mantenga es importante que haya humedad en el ambiente, lo que puedes conseguir mediante plantas de interior, humidificadores o, sencillamente, poniendo cuencos con agua encima de los radiadores, ¿lo sabías?Todas estas medidas permitirán que ahorres algo de calefacción durante el invierno, pero lo más importante no está en la casa, sino en tu cerebro: es invierno. Acepta que hace más frío y hazte con un buen pijama o bata de invierno para estar en casa

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