Descubre todos los tipos de bombillas

La forma en la que el espacio está iluminado es una característica primordial que tener en cuenta, ya que puede ser algo que no suponga un problema en un primer momento, pero sí a la larga.

A la hora de decidir qué tipo de iluminación se requiere para cada estancia de una casa hay una serie de parámetros que se deben tener en cuenta, partiendo por conocer en profundidad la luz natural que reciba cada espacio. Esto será de gran importancia, ya que la luz natural es mucho más saludable que la luz artificial, ya sea para cocinar o para leer.

Consumo, temperatura e intensidad

La utilización de luz artificial no solo afecta al bienestar, sino también se ve reflejado en la factura de la electricidad que se consume, por lo tanto, en la economía de la casa. Antiguamente lo más habitual era el uso de bombillas incandescentes, las cuales se dejaron de fabricar por los inconvenientes que suponían y se popularizó el uso de las bombillas de bajo consumo.

Estas, aunque suponen un descenso en el consumo de electricidad, contienen mercurio, sustancia altamente tóxica para la salud como se explicará más adelante.

La temperatura de color que emite la bombilla también es algo a tener muy en cuenta, cada espacio se debe iluminar conforme el uso que se le vaya a dar. Esta se puede dividir en tres tonalidades diferentes según su medida en grados Kelvin:

  • Luz cálida, por debajo de los 3300 grados Kelvin.
  • La luz fría, la temperatura de la cual está entre los 5000 y 6500 grados Kelvin.
  • Luz neutra, que emite 4000 grados Kelvin.

Esta última sería la óptima para un entorno de trabajo, la luz cálida sin embargo genera espacios de relajación y confort, se usa en salas de estar o habitaciones. La luz fría se recomienda utilizar en entornos dinámicos donde no se vaya a permanecer mucho tiempo, como pasillos o baños.

4 tipos de bombillas y sus efectos en nuestra salud

Bombillas de bajo consumo

Como antes se ha nombrado, contienen mercurio. Esta sustancia se almacena en el cerebro y puede causar enfermedades como Alzhéimer o Parkinson. También generan campos electromagnéticos que, sumados a los ya existentes en el hogar, se cree que son perjudiciales.

Las luces fluorescentes

Son las más utilizadas en los espacios de oficinas y las más desagradables. Producen un parpadeo imperceptible que puede causar dolores como migrañas.

Lámparas de amplio espectro o LED

Son las más recomendadas para nuestra salud y cada vez más utilizadas, el único inconveniente es su precio, más alto que el resto.

Bombillas halógenas

Indicadas para usarse con reguladores de potencia. Son las más usadas en lámparas empotradas.

En conclusión, si se tiene la oportunidad de elegir el tipo de luz que queremos para los espacios que habitamos, se debe tener en cuenta que la más saludable de las que existen en el mercado es la bombilla LED, seguida de la halógena y la de bajo consumo. Por el contrario, la menos recomendable es la fluorescente.

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