Si hay un factor que ha marcado y pautado la situación energética actual en España y el contexto eléctrico de estas últimas semanas ha sido la subida del precio sin precedentes históricos. Además, esta subida no se ha tratado de un acontecimiento único, de un pico excepcional, sino de una tendencia que ha incrementado con el tiempo. Esto apunta que será el año con el precio de la luz más caro de la historia, justo el año en que empezamos a dejar atrás la pandemia de la COVID-19.
Este caso ha generado tanto sorpresa como frustración. Pero, ¿por qué ha sucedido la subida? ¿Cuáles son los motivos?
EL CONTEXTO EUROPEO
La apuesta de la UE por el medio ambiente está perjudicando claramente el precio de la energía por lo que debemos extraer una conclusión que nos debe concienciar a todos: si queremos invertir el efecto del cambio climático la consecuencia es el incremento de la energía eléctrica por lo que salvar el planeta tiene un coste que, además, muchos no pueden asumir en la actualidad saliendo de una pandemia. Como siempre las políticas extremistas no favorecen la economía, seamos claros: salvemos el planeta pero hagámoslo de manera unida y con una planificación.
A modo de ejemplo, si la UE anuncia la prohibición de los coches de combustión en 2035 (España como siempre se adelanta y quiere aplicarlo entre 2025 y 2030), no será esta decisión un motivo de enfado de los productores de combustibles fósiles que dominan el gas para generar una subida de los costes y por ende adelantar el incremento de la electricidad 10 años. La ministra de energía indicó que esperaban esta subida en 2030 no ahora, pero saquen ustedes sus propias conclusiones.
CÓMO SE DECIDE EL PRECIO ELÉCTRICO EN ESPAÑA: EL MERCADO MARGINALISTA
Si bien sabemos que el precio de la electricidad ha subido, y mucho, ¿cómo se regula este precio en primer lugar? ¿Qué factores dictan subidas o bajadas?
El mercado energético en España funciona según la demanda y, particularmente, se produce la cantidad necesaria, o demandada, en cada momento exacto. Por un lado debemos tener en cuenta que dependiendo de la época del año, calor o frío, e incluso hora del día, la demanda de electricidad será más alta o más baja. Por otro lado, debemos entender también que cada instalación energética, ya sea nuclear, eólica o fotovoltaica, por ejemplo, tiene sus propias características en cuanto a la cantidad y facilidad en la que pueden satisfacer dicha demanda.
En este contexto, entra en juego el mercado marginalista: el precio de la instalación que cierre la demanda decidirá el precio de todas las otras. Es decir, si la energía hidráulica o de gas — que generalmente se paga a un kilovatio más alto que la energía nuclear o eólica — es la última en entrar y satisfacer la demanda de electricidad de los españoles, el precio de todos los kilovatios, sin importar la procedencia de la energía, será el mismo. Así, en muchas ocasiones, el precio de la energía más cara marcará el del resto.
Además, ya que el mercado de producción está monopolizado por los grandes productores, suceden cosas inexplicables como que la energía hidráulica marca el precio y la CNMC indica que investigará porque una compañía ha vaciado los pantanos de España. Eso quiere decir energía por las nubes y los pantanos vacíos por falta de ellas, además de energía clara, posibles restricciones de agua.
EL GAS, DISPARADO
Si bien este mercado marginalista ha regido el sistema energético español durante muchos años, factores actuales han hecho que ciertas energías sean más caras y, por ende, el consumidor final pague más por su factura de la luz. Este es el caso del gas.
El precio del gas natural ha subido drásticamente este verano, comparado con los récords de años anteriores. ¿A qué se debe? Marcamos dos datos importantes. En primer lugar, el precio de esta energía en el mercado internacional se ha elevado como resultado de la ley de oferta y demanda: la cantidad accesible es menor, ya que parte del gas natural que llegaba a Europa ha sido redirigido a Asia, continente con creciente demanda. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que en estas instalaciones se quema gas para producir energía y esta quema genera grandes cantidades de CO2. Esta generación tiene un precio a modo de impuesto por contaminación. Actualmente, este impuesto ha incrementado, encareciendo el coste de generar gas natural y aumentando así el precio de esta energía.
MUCHA DEMANDA
A las características del mercado marginalista y el disparo del precio del gas, le debemos sumar la época del año en la que nos encontramos. Así, el factor determinante de esta subida de la factura de la electricidad es la demanda que ha habido estos meses de verano. Las olas de calor, causadas por el aumento de las temperaturas en muchas partes del país, han incrementado el pedido de energía de muchos españoles. De este modo, la ley de oferta y demanda, con las variantes que hemos comentado, han hecho de esta la temporada con el precio de luz más alto de la historia.